!Alegrémonos con María en este día de su Inmaculada Concepción! ¡Somos hijos de María, somos su estirpe!
«Purísima y celestial Señora: “El Señor es contigo”, repetiré hoy con el Ángel, y tú estás con el Señor. Dios vive en ti y tú vives en Dios. ¿Quién jamás llegó a comprender esta unión recíproca de Dios contigo y tuya con Dios? Con amor infinito y eterno te amó Dios, y ese Dios, Amor en persona amándote y derramando su amor en tu corazón, vive en ti. Y tú, en retorno, con amor inmenso, sin medida, casi infinito, amas a Dios, y unida en ese indisoluble vínculo, vives en Él. Amando, como nadie pudo amar, consagraste tu amor virginal. Llevada de ese amor, te ofreciste por esclava en el Misterio de la Encarnación. ¡Virgen enamorada de Dios! Danos amor santo, y en tus manos, y en sus alas llévanos a Dios, para vivir de su Amor. Amén» (Siervo de Dios Antonio Amundarain).
Que estas palabras nos ayuden a sumergirnos en el Corazón Inmaculado de María y a ser hijos dignos de tan buena Madre.
¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos!